Aunque en la Unión Europea aún no existe una norma que regule el derecho a la desconexión digital, son ya varios los países que sí lo han regulado. Un ejemplo es España, donde la desconexión digital está regulada por ley desde 2018, sin tener en cuenta el tamaño de la empresa.
En este artículo vamos a analizar cómo se aplica el derecho a la desconexión digital y de qué forma las empresas pueden fomentar este descanso en sus empleados.
¿En qué consiste el derecho de desconexión digital?
El derecho de desconexión digital es un derecho laboral que permite a los trabajadores no estar conectados a dispositivos profesionales—como correos electrónicos, llamadas o mensajes—fuera de su horario laboral, protegiendo así su tiempo de descanso y vida personal. Este derecho, recogido en la Ley Orgánica 3/2018 en España, es clave para evitar el estrés y mejorar la salud mental, especialmente tras la expansión del teletrabajo. Muchas empresas ya aplican medidas para garantizarlo, como limitar horarios para reuniones o envíos de correos. En resumen, la desconexión digital es esencial para un ambiente laboral saludable y mayor productividad.
¿A quién se le aplica el derecho a la desconexión digital?
El derecho a la desconexión digital se aplica a todos los trabajadores, incluyendo autónomos societarios y empleados públicos, sin importar el tamaño de la empresa. Esto es especialmente importante para quienes trabajan desde casa o de forma remota, ya que separar el tiempo de trabajo del personal puede resultar complicado. Por eso, las empresas están obligadas a crear un protocolo interno que garantice este derecho, asegurando que todos puedan desconectar realmente fuera del horario laboral, sobre todo cuando se utilizan dispositivos tecnológicos en casa para trabajar.
¿Qué se considera desconexión digital?
Se considera desconexión digital el tiempo en el que el trabajador no está obligado a prestar servicios, es decir, todo el periodo fuera de su jornada laboral.
Según la normativa, la jornada ordinaria no debe superar las 40 horas semanales ni las 9 horas diarias, con descansos obligatorios entre jornadas y pausas durante la jornada. Fuera de ese horario, que incluye también descansos semanales, festivos y otros permisos, el trabajador tiene derecho a desconectar completamente de cualquier comunicación laboral digital. Por ejemplo, si alguien trabaja de 8:00 a 15:00, su derecho a desconexión comienza a las 15:00 y dura hasta que empiece su siguiente jornada laboral. Así, se limita el uso de dispositivos profesionales fuera del horario, garantizando que el trabajador solo atienda asuntos laborales durante su tiempo de trabajo.
¿Qué ocurre si las empresas no respetan el derecho a la desconexión digital?
Si una empresa insiste en contactar con sus trabajadores fuera del horario laboral de manera repetida, esto puede ser sancionable. Además, el hecho de enviar mensajes, correos o hacer llamadas de forma constante fuera del horario puede considerarse una forma de acoso laboral. Por eso, si se denuncia esta situación, la empresa podría enfrentarse a una multa por una falta grave.
¿Cómo pueden las empresas fomentar la desconexión digital?
Las empresas pueden impulsar la desconexión digital para garantizar que sus empleados descansen y concilien mejor su vida personal y laboral, lo que mejora su bienestar y productividad. Para lograrlo, es fundamental que tengan una política interna clara que incluya medidas como:
- Controlar los horarios para evitar que los trabajadores reciban comunicaciones fuera de su jornada laboral.
- Fomentar una cultura enfocada en la eficiencia, no en el simple hecho de estar presencial.
- Ofrecer flexibilidad horaria y trabajar por objetivos para que cada quien gestione mejor su tiempo.
- Capacitar a empleados y directivos sobre el uso adecuado de dispositivos tecnológicos y la importancia de respetar los tiempos de descanso.
- Asegurar que los emails y llamadas solo se realicen dentro del horario laboral para evitar estrés.
Así, las empresas no solo cumplen con la ley y protegen la salud mental de sus trabajadores, sino que también mejoran su rendimiento, reducen el absentismo y fortalecen un ambiente laboral saludable y motivador.